Enzo Fabretti, el turista italiano, se arrimó hacia el lado derecho del asiento del Toyota Land Crucer, tengo vértigo, dijo apartándose de la ventana; en la parada que hicimos para contemplar la repentina aparición de un precipicio. A quinientos metros de profundidad, sin ningún punto en el trayecto vertical, apareció, caudaloso y plateado, el Río Marañón. Este sí es un precipicio, dijo Gian Carlo, piloto y dueño del carro, también italiano. Si hacemos silencio podemos escuchar el bramar de las aguas, les indicó el guía. El tramo de río que se contemplaba, lucía vivo y en movimiento, parecía una gruesa cinta metálica, espumas blanquecinas anunciaban que el torrente era fuerte. La sensación de profundidad era sobrecogedora.
Mirando al frente pasando el Marañón (Margen derecha le llaman), se alzaban cientos de campos agrícolas, delimitadas por cercos vivos de pencas y matorrales. Las distancias son inexplicables. Parecían estar al alcance de la mano, pero para llegar teníamos que bajar hasta el Marañon y, luego, subir. Tres horas en un carro potente. Al lado izquierdo de nuestro punto de observación, contemplamos un farallón vertical, Jaria, que nacía en Anglae.
Habíamos pasado unos sesenta metros de un pueblecito que orgullosamente lucía su nombre en un desteñido cartel: Cochapata.
El circuito comenzó con “La vuelta al mundo”. Un recorrido de 360º alrededor de Llata.
El punto de partida: una pequeña capilla al borde del acantilado, estaba cerrada; desde las rejas se contempla en el centro del altar una imagen pequeña con el rostro de Cristo en la pasión; es de piedra. Las leyendas cuentan que fue encontrada tal como la estamos viendo: es El Señor de Rondos. El nombre del acantilado es, precisamente, Rondos.
Al caminar, el Padre Andrea Manzini nos detalla: Al frente hay una caverna que se llama Llacuy, donde se aprecia estalagtitas y estalagmitas y también petroglifos que evidencian visitas muy antiguas, prehistóricas tal vez.
Abajo se juntan el Río Aco y el Río Tambos en un punto denominado “el puente de Taricay”. Taricay significa encuentro, ese lugar se llama Zurria. Y avanzando llegamos al encuentro con el antiguo camino de herradura. Por aquí se partía hacia Huánuco. Un escarpado camino sólo para el tránsito de caballos. Tiene una escalera labrada en la roca de color rosado, nos dice.
Al frente se contempla “Las Pampas del Carmen”, una pendiente que suavemente se eleva nos lleva a una explanada formando 6,000 hectáreas de terrenos cultivables, sedientos de agua y termina en un farallón que cae al Río Marañon, con una impresionante altura de mil metros en vertical, de la cumbre del farallón al río. Gian Carlo pensó en parapentes. Hay que estudiar los vientos y las horas, dijo. Continuamos el camino y luego de una estrecha quebrada y una cantera de piedra rosadas, subimos a Parhuarwilka. En la Fortaleza Yaruwilka, que según don Gregorio Alvarado, en esta fortaleza se encuentra el único vestigio Inca al Este del Río Marañon. Porque los Yaruwilcas no se sometieron al imperio Inca. Pasamos un cuartel del Ejército Peruano, con soldados entrenados y respetuosos En las escalinatas de bajada a la plaza de armas, contemplamos un hermoso cactus San Pedro, en flor (Trichocereus pachanoi) . Es el mismo cactus que está labrado en una roca de los cimientos del la Fortaleza de Chavin de Huantar, justo a la entrada al templo donde se encuentra el Lanzón de Chavín. (Piedra sagrada labrada con íconos pre- incas, que se encuentra en una habitación con la forma de la Chacana. Tiene 3 metros de alto.) San Pedro es el nombre del cactus, es alucinógeno y utilizado por los chamanes en sus rituales.
Y luego de un café Italiano, en la reluciente casa parroquial de Llata emprendimos la ruta “Llata – Río Marañón”.
Al partir, llama la atención el nuevo vitral de la parroquia de Llata. Es un gran ventanal a colores. El vitral fue fabricado en Punchao, donde hay un taller parroquial que forma jóvenes, en oficios como talladores, pintores y vitralistas. Tambien estudian para asistentes para labores de los arqueólogos. El vitral que se ilumina, contemplado desde el interior del templo, destaca una gran paloma blanca en vuelo. La Parroquia se llama del Espíritu Santo de Llata.
Al salir de Llata lo hicimos surcando el Río Libertad y se contempla a la izquierda las pampas de Chuyas y las Pampas del Carmen. Seis mil hectáreas de campos agrícolas, con escasez de agua, nos presentan una infinita gama de colores verdes. Estos colores son espectaculares dijo Gian Carlo. Los manantiales nos ofrecen verdes oscuros con cultivos de hortalizas. Islas de bosques de eucaliptos se ondean calmadamente con los vientos. Campos amarillentos de grama sobre pastoreada, presentan surcos que nos indican que alguna ves fueron campos de cultivo. Con un viraje en un puente, pasamos al otro lado del río y ahora bajamos y se nos presenta una rivera de cantos rodados de granito, con un torrente de agua cristalina que nos acompaña mientras la vegetación va cambiando.
Desde el camino podemos ver ahora la parte posterior de la capilla del Sr de Rondos y el tramo que camináramos en “La vuelta al mundo”. Las malezas elevan su tamaño y un cartel nos indica que existe una organización que trabaja con la recolección de Tara (Caesalpinia spinosa). Ya es zona templada. Los arbustos son gruesos y el río se calma formando remansos de agua tranquilas.
Seguimos bajando y sorprendemos unas bañistas, que con escasas y ajustadas ropas corren a guarecerse de las miradas. El cañón que atravesamos se cierra. Un camino de herradura paralelo a nuestra ruta presenta signos incas, posiblemente el Capac nani. Y por un puente pasamos nuevamente a la margen izquierda. El río Zurria continúa y se estrecha formando un cañón de paredes verticales para luego desaparecer en un túnel que atraviesa la cordillera para llegar al Río Marañón. El camino sube en curvas cerradas y se encuentra nuevamente atravesando el río Zurria, ahora doscientos metros encima por un puente natural, que en realidad es un cerro de roca. En este puente natural se encuentra el orgulloso pueblo que mencionamos: Cochapata.
Por: Santos Jaimes Serkovic