Ing. Santos Jaimes Serkovic
En la humanidad actual existe una casta de políticos que simula virtudes morales humanitarias y justas para convencer a una población necesitada de esperanzas. Usan palabras humanitarias y sensibles, mantienen a una población convencida de que deben permanecer donde están, a la espera de tiempos mejores logrados con acciones concebiblemente imposibles. “La violencia”
El poder viene del fusil, la lucha de clases, la internacional socialista, la socialdemocracia, el socialismo y el comunismo son los titulares que la casta política inescrupulosa utiliza para una narrativa sensiblera e inocentona. Lo que realmente proponen es que los logros, éxitos, sacrificios, ahorros, limitaciones autoimpuestas auto decididos por una sociedad pujante, sean luego esquilmados para apoderarse de ellos y despilfarrarlos en sus lujos y ostentaciones increíbles en lugares de gran lujo. “Robo, en nombre de los pobres.”
Lo que en realidad están haciendo es quitarle a la gente que ha trabajado para quedarse con una gran parte del dinero y distribuir una pequeña parte como migajas a la gran población, para mantenerla permanentemente en pobreza, ignorancia y engaño. Les dicen “ahora todos somos iguales”, incluyendo a ellos mismos aparentemente, pero sus grupos y sus familias viven con el mayor lujo en las zonas más prósperas del planeta. Esta casta política, que se llaman de izquierda o comunitarios o socialistas, en realidad están robando claramente los capitales generados por unos pocos, para llevárselo ellos y mantener a la sociedad en ignorancia, incomunicación e ideologizada, creyendo que están viviendo en una comunidad igualitaria. Están igualados hacia abajo: igualados hacia la pobreza, igualados hacia la escasez, igualados en la desesperanza.
Llamaron justicia social al robo de la propiedad privada para confiscarla y que el Estado se apropie de todos los medios y factores de la economía y de la sociedad. Estos políticos, que se llamaban comunistas, llevaron a la pobreza a grandes masas de gente confiada y noble.
El socialismo y el comunismo cayeron en 1961 cuando se instaló el Muro de Hierro que separaba a los países comunistas de los países libres. En 1985 cayó ese muro y quedó evidenciada la cruda verdad. Los 150 millones de vidas que tomaron estos grupos políticos no fueron para luchar por la justicia, sino para silenciar las voces que se dieron cuenta a tiempo de que todo eso que se llamaba socialismo comunista era una gran farsa, y que solo era un robo de la propiedad para beneficiarse ellos y mantener políticamente a las masas con alimentación pobre, con salud deficiente y con una educación que las mantenía en el mayor atraso, sin posibilidades de prosperidad.
Pero llega la libertad como el rugido de un león. La libertad como una bandera que alcanza las cimas más altas en humanismo, pensamiento y razón. La libertad que se convierte en un rugido de fuerza para convocar a la sociedad al esfuerzo, la voluntad y la convicción del autodesarrollo. Respetar la propiedad privada como una fortaleza de su ubicación en la realidad existente. La propiedad que valoriza sus pensamientos, sus sentimientos, su arte y sus logros económicos. La propiedad que fortalece y soporta las acciones del pensamiento y de la obra para lograr un crecimiento real de la sociedad.
El respeto a lo ajeno, el respeto al prójimo, el respeto a la sociedad es básico para que la humanidad pueda afianzar un estatus estable, defendible y que augure prosperidad. La igualdad es ante la ley. Ante la ley todos somos iguales, pero cotidianamente cada uno logra su diferenciación de acuerdo con la dedicación que pone a su esfuerzo de desarrollo y crecimiento intelectual y material.
Ing. Santos Jaimes Serkovic